¿PRE-OCUPARSE?
- Lliana Vega
- May 25, 2021
- 3 min read
Updated: Oct 22, 2021
Las preocupaciones son el comienzo de innumerables enfermedades, algunos les llaman “la peste del cerebro”

Nuestro cerebro tiene un sistema de pensamiento:
-Identifica: retos o condiciones en las situaciones.
-Estudia: alternativas, soluciones y planes.
-Evalúa: los resultados, positivos o negativos de nuestras acciones.
Pero las PREOCUPACIONES, como fuerzas negativas originadas en nuestros sentimientos o emociones, ejercen una fuerte influencia en el desarrollo de un proceso sano del pensamiento, lo que, en consecuencia, nos lleva a cometer errores.
Es una mala costumbre, ADQUIRIDA, que nos lleva a enfocarnos en las situaciones que debemos enfrentar día a día, a través de nuestros temores, culpas, traumas, miedo al futuro, desviándose de nuestro proceso de un sano pensar y en vez de encontrar soluciones a las cosas por resolver, desgastar nuestro tiempo y energía en fantasías amenazadoras acerca de lo MALO, que podría suceder.
La preocupación es un VICIO, una imperfección, que hace que una persona cosa o proceso, sea impropio para el fin que se ha destinado. La preocupación como vicio del pensamiento, nos hace patinar una y otra vez, sobre lo que ya hemos considerado, consiguiendo solamente incrementar nuestros temores.
Se presenta siempre frente a toda situación que nos haga sentir incómodos, desconectarse del presente, sin poder realizar de forma continua nuestras labores, llenos de temor sobre las crisis que podríamos enfrentar, aunque aún no sean reales.
Es un sentimiento que nos inmoviliza en el presente, por cosas que pasaron en el pasado o podrían ocurrir en el futuro. Cuando usted solo se preocupa en vez de OCUPARSE DE ALGO, SOLO SE ESTÁ HACIENDO DAÑO. Si reemplazara sus pensamientos preocupantes por ideas más estimulantes, con seguridad llevaría una vida más feliz.
¡Esta es la buena noticia!
PREOCUPARSE, como cualquier hábito aprendido, también se puede DES-APRENDER. Normalmente nos preocupamos por:
-Problemas de salud o dinero.
-La seguridad, por si mismos o de quienes amamos.
-El posible fracaso en nuestros proyectos.
-Por miedo a lo desconocido.
-Problemas referentes a nuestra autoestima, sobre cómo nos ven los demás.
En fin, la preocupación se confunde con la culpa, y hay que liberarse de las culpas de nuestro pasado, pues proyectamos nuestros miedos hacia el futuro, lo que nos impide progresar en la vida.
Nuestro pensamiento debería ser:
ASÍ SUCEDIÓ ESTO, Y NO PUEDO CAMBIARLO, ESTO NO QUIERE DECIR QUE PASARÁ DE LA MISMA MANERA OTRA VEZ.
El ANTÍDOTO, no es pues la DESPREOCUPACIÓN, o la sola aplicación de fuerza de voluntad…
Hay que formar nuevos hábitos que la sustituyan y se requiere de práctica, persistencia y el firme convencimiento de que vale la pena este esfuerzo, para deshacerse de pensamientos negativos, obsesivos y llenos de temor infundado, y reconociendo el daño que esto nos ocasiona.
Usted puede convertir este mal hábito mental en una buena costumbre de reflexionar constructivamente sobre sus problemas esforzándose por dirigir su pensamiento y detectando rápidamente cuando va a entrar en un ciclo desgastante e inútil de preocupación.
PODEMOS ELEGIR CÓMO Y QUÉ ES LO QUE PENSAMOS, dejar de ser esclavos del PENSA-MIENTO
(PIENSO Y MIENTO).
El fatalismo no propone soluciones, no avanza; solo contempla la misma idea de muchas maneras diferentes.
Esté atento a lo que pasa en su mente cuando le llega un “problema”, tome conciencia si su pensar se desvía a posibles desgracias o consecuencias negativas, y no permita que siga su curso, conviértase más bien en UN SOLUCIONADOR DE PROBLEMAS, y se dará cuenta de la gran diferencia que hay entre usar el tiempo en preocuparse o en ocuparlo en buscar soluciones a los problemas.
EL CAMINO CONSTRUCTIVO ES DIRIGIR SU PENSAMIENTO:
ESCRIBA SU PROBLEMA, y vaya hasta sus últimas consecuencias, recuerde esta antigua frase:
Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé, sus nombres son: como, cuando, donde, que, quien y por qué…
CLASIFIQUE SUS PREOCUPACIONES: pues no todas requieren igual atención, muchas son triviales, pocas realmente importantes.
¿Pero, puedo hacer algo para que mis preocupaciones no se hagan una realidad?
La respuesta es SÍ, usted puede hacer mucho cuando actúa a tiempo. Cuando la solución a lo que lo aqueja está en sus manos y puede entonces prevenirla, trabajar en las soluciones a tiempo y corregir el camino por el que se dirige buscando un mejor desenlace.
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